Historia de Bugatti.

En 1.909 Ettore Arco Isidoro Bugatti fundó en Molsheim (Francia) bajo su apellido una marca de automóviles de gran lujo y competición. Durante 30 años, Ettore, su hijo Jean y su hermano Rembrandt diseñaron y construyeron vehículos que destacaron tanto por su rendimiento como por su belleza, y entre sus clientes hubo gente tan ilustre como el Rey Alfonso XIII. El lema de la marca fue nada puede ser demasiado hermoso, nada puede ser demasiado costoso. La gran crisis tras la II Guerra Mundial no dejó cabida en el mercado para los coches de lujo y la marca, como otras del sector, conoció dificultades económicas y no pudo recuperar el esplendor alcanzado en los años anteriores al conflicto, aunque mantuvo su prestigio y se intentó relanzarla como competidora de Maserati o Alfa-Romeo durante la década de los ’50.

Bugatti Tipo 57

En la década de los ’80 fue adquirida y gestionada por la empresa Bugatti Automobili SpA, propietaria también Lotus. En 1.991 Bugatti volvió a cambiar de manos. En esta ocasión fue Romano Artioli quien compró el nombre de Bugatti (lo único que hasta entonces quedaba de la marca) e instaló una factoría en Módena (Italia). En esta fábrica fue proyectado y construido el Bugatti EB110, el coche más rápido de su época, pero el bajo presupuesto le impidió a la nueva fábrica ampliar sus horizontes y desarrollar los prototipos EB112 y EB118, viéndose obligada a cerrar nuevamente sus puertas en 1.995. En 1.998 el Grupo Volkswagen le compró los derechos a Artioli y estableció una planta en Molsheim, en la región de Alsacia (Francia) y sede inicial de la casa. En el Salón del Automóvil de Ginebra de 2.002 se presentó la versión definitiva del automóvil de calle más rápido y caro del mundo: el Bugatti Veyron EB 16.4, del que había una previsión de fabricación de 300 unidades.

Bugatti EB110

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