El concepto de la primera edición del París-Dakar, sin grandes equipos, tecnologías punteras o GPS distaba mucho de la carrera actual. Era una prueba para aventureros y aficionados dispuestos a afrontarla con vehículos de serie en mayor o menos medida modificados. Desde principios de la decada de los ’70 los hermanos Claude y Bernard Marreau habían participado con éxito en la mayoría de las carreras-aventura que se disputaban en África, casi siempre al volante de vehículos Renault. En 1.979 se inscribieron con un Renault 4 (nº 131) equipado con un kit Sinpar de tracción integral.
Además del la transmisión Sinpar 4×4, los hermanos introdujeron toda una serie de mejoras en el cuatrolatas. Reforzaron los largueros del chasis, sustituyeron los triángulos delanteros por unos de Renault 5 Alpine y construyeron nuevas barras de torsión específicas. Además, ambos trenes fueron equipados con un juego extra de amortiguadores verticales, amarrados a la carrocería con fijaciones creadas para la ocasión. La línea de escape en el techo aumentaba su capacidad de vadeo y un depósito extra en el maletero le proporcionaba la autonomía necesaria en las etapas más largas. Pero sin duda, la modificación más espectacular fue la adopción de un motor procedente del Renault 5 Alpine Grupo 2 potenciado hasta los 130 CV que, unidos a su ligereza, le permitían al 4L volar sobre la arena.
El pequeño Renault 4 resultó muy competitivo y eficiente, en 1.979 lograron dos victorias de etapa y se clasificaron en el 5º puesto de la general, común para coches y motos. Los tres primeros puestos correspondieron a motocicletas y el cuarto al Range Rover de Genestier, Terblaut y Lemodant. De haber existido una clasificación de coches los hermanos hubiesen quedado en segunda posición. En 1.980 volvieron a inscribirse con el Renault 4 (nº120). En esta edición las clasificaciones de coches y motos ya eran independientes. La victoria era posible, pero se encontraron con un duro contrincante; El equipo formado por los Volkswagen Iltis se hizo con las dos primeras posiciones y los Marreau tuvieron que conformarse con una victoria de especial y el 3º puesto de la general.
En 1.981 los Hermanos Marreau cambiaron el Renault 4 por el Renault 20, con el que conseguirían la victoria en 1.982. Pero esto no supuso el fin de la historia de nuestro protagonista en el raid africano. El Renault 4 Sinpar fue vendido a Antonie Granja que se inscribió con él en la edición de 1.981 (nº 171). Tuvo menos suerte que los Marreau en los años anteriores y se vio obligado a abandonar. El ritmo de Granja era muy fuerte y el embrague explotó literalmente, dañando la caja de cambios. De vuelta en Francia, el coche se reparó y corrió un par de temporadas de rallyes de tierra. Fue vendido a un coleccionista que lo restauró y actualmente lo conserva decorado como en el Dakar de 1.980.
