Lancia Thema 8.32 «by Ferrari». Historia y ficha técnica

El Lancia Thema 8.32 fue presentado al público en el Salón del Automóvil de Turín de 1986 y materializaba los rumores de una colaboración entre Lancia y Ferrari. Siempre se ha especulado con que está colaboración fue impuesta por la casa madre FIAT y que no sentó demasiado bien en Manarello. Rumor o no, lo cierto es que salvo la inscripción Lancia by Ferrari en el bloque motor, no hay más referencias al Cavallino Rampante en ninguna otra parte del vehículo.

El apellido 8.32 hace referencia al propulsor V8 de 32 válvulas procedente del Ferrari 308 GTB. Los ingenieros de Lancia asumieron el reto de instalar en este motor, con bloque y culata de aluminio, una caja de cambios reforzada de Lancia Thema (transversal y para tracción delantera) e implantarlo en el vano del Thema. Aunque conservaba la cilindrada de 2927 c.c., la potencia fue limitada a 215 CV con la idea de mejorar la durabilidad y fiabilidad. El equilibrado del bloque también se mejoró con unas muñequillas del cigüeñal caladas a 90º en lugar de 180º, siendo capaz de subir hasta las 7.500 rpm, aunque se mostraba un poco perezoso en bajas.

La combinación de los 215 CV y una caja de relaciones cerradas confería al 8.32 unas prestaciones brillantes; 6,8” de 0 a 100km/h, 26,8” para recorrer un km desde parado y 240 km/h de velocidad punta que lo convertían en el tracción delantera más rápido fabricado en serie del mercado. Las suspensiones tipo McPherson fueron reforzadas y dotadas de barras estabilizadoras específicas más rígidas. El sistema de frenos, con discos en las cuatro ruedas y equipado con ABS Bosch de serie, también fue mejorado montando unos discos ventilados de 284 mm en el eje delantero y conservando los discos de 251 mm en el trasero. Para mantener el coche pegado al suelo se optó por unas cubiertas Goodyear Eagle 205/55 VR 15.

Además de por los logotipos 8.32 situados en las aletas delanteras, el modelo se distinguía de sus hermanos de gama por una franja cromada que cruzaba la parrilla delantera, unas llantas de aleación de 15” con cinco puntas (de característico diseño Ferrari) y un alerón trasero retráctil, más estético que efectivo, que se activaba desde el cuadro de mandos. La doble salida de escape, también específica del 8.32, era la culminación de un estudiado sistema con colectores 4-2-1 para cada bancada que insonorizaban el interior a la vez que dejaban escapar el característico ronroneo del V8 para el deleite de los viandantes.

Interiormente contaba con todos los elementos de lujo de la época. Incluía de serie tapicería de alcántara, asiento del conductor con regulación eléctrica, revestimientos de cuero en las puertas, apoyabrazos centrales, elevalunas eléctricos en las cuatro puertas y volante de cuero. En la lista de opciones se encontraban la tapicería de cuero, el climatizador automático, los asientos traseros independientes, dirección asistida progresiva en función de la velocidad y la preinstalación del teléfono. Las características del habitáculo propiciaban una postura de conducción muy cómoda y relajada para realizar grandes rutas, pero no demasiado efectiva para una conducción deportiva, sobre todo si se optaba por la tapicería de cuero que reducía notablemente el agarre lateral de la banqueta.

En 1989, coincidiendo con el Restyling del Thema, aparecía en el mercado la segunda serie del 8.32. Adoptaba todas las mejoras estéticas del modelo, conservaba las peculiaridades de la primera serie y anunciaba, como opción, una suspensión inteligente regulable electrónicamente que permitía elegir entre los modos Sport y Confort. Tanto la suspensión de serie como la inteligente volvían al 8.32 más burgués y le restaban deportividad respecto a la primera versión. Esta deportividad se vio aún más afectada cuando se instaló un catalizador que redujo la potencia hasta los 205CV, rebajando su velocidad punta a 234 km/h y aumentando medio segundo en tiempo necesario para alcanzar los 100 km/h.

Por el mismo precio que un BMW M-535i, unos 36.000€ de la época, el Lancia Thema 8.32 ofrecía unas prestaciones similares y la satisfacción de llevar la firma de Ferrari bajo el capó, algo que no fue suficiente para consolidar sus cifras de ventas. Aunque en un principio se esperaba un ritmo de fabricación de unas 1200 unidades anuales, finalmente fueron ensamblados tan sólo 3971 vehículos entre 1986 y 1992, de los cuales 2730 correspondieron a la primera serie y 1601 a la segunda.

FICHA TÉCNICA