En 1906 Vicenzo Lancia, antiguo piloto de FIAT, fabricó su primer automóvil; un pequeño deportivo al que no tardó en bautizar como Terroríficamente rápido. Poco a poco Lancia fue lanzando más automóviles en los que iba incorporando los últimos avances tecnológicos, tanto que en 1.924 fabricó el coche más avanzado de su época; el Lancia Lamda. Contaba con carrocería monocasco, frenos en las cuatro ruedas y un motor de cuatro cilindros en V con árbol de levas en cabeza. El los ’50 vio la luz el Lancia Aurelia GT, uno de los coupés más bellos de la historia, pero una grave crisis le obligó a vender su división de automovilismo a Ferrari. Aún y todo los problemas financieros continuaron y finalmente Lancia fue absorbida por FIAT en 1.969, lo que le hizo perder su independencia y le obligó a comenzar a fabricar en grandes series.
Lancia siempre ha estado íntimamente ligada con el automovilismo y además de crear bellos coupés los Lancia 037, Fulvia, Stratos, y Delta cosecharon numerosos Campeonatos del Mundo de Rallyes durante 20 años. Con la retirada de Lancia del panorama automovilístico a mediados de los ´90 se convirtió en la marca premium del grupo FIAT y se dedicó a fabricar coches de lujo de refinado diseño, encomendando las gamas de vehículos deportivos a Alfa-Romeo y Ferrari.
En 2.011, debido a la adquisición por parte de FIAT del Grupo Chrysler, Lancia comenzó a vender los modelos americanos como los Chrysler 300M y Voayager bajo su marca, eso sí, adaptando previamente las suspensiones y las calidades de los acabados interiores a los gustos Europeos. El final de Lancia llegó en primavera de 2.017, cuando redujo su producción al Lancia Ypsilon, de venta exclusiva en el mercado italiano, reduciendo su negocio en el resto del Mundo a la venta de recambios y servicio post-venta.
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