Así se hizo C’était un rendez-vous

Durante el amanecer de un día de agosto de 1.976, el cineasta francés Claude Lelouch rodó el corto C’était un rendez-vous (Era una cita), en el cual se podía ver como un el conductor de un Ferrari 275 GTB cruzaba París a toda velocidad, ignorando los semáforos en rojo e incumpliendo prácticamente todo el reglamento de circulación, para reunirse con su novia frente a la iglesia de Sacré-Cœur. Polémica desde sus primeras proyecciones, Spirit Level Films la remasterizó en 2.003 y se convirtió en viral, y dando pie a todo tipo de rumores. ¿Cuál es la realidad? En este artículo intentaremos aclarar algunas cuestiones.

En la primera parte de la película nos advierten que no han sido aplicados ningún tipo de trucaje ni aceleración. El poster del film muestra un Ferrari 275 GTB como protagonista, sin embargo fue rodada con una cámara de 35mm montada a la altura del paragolpes delantero de un Mercedes-Benz 450 SEL 6.9. El sonido del motor, nervioso y con numerosas marchas engranadas, fue añadido en el montaje del video y muy bien integrado con la grabación. El Mercedes contaba con un V8 acoplado a una caja automática de 3 relaciones y un régimen de giro máximo de 5.000 rpm, por lo que el sonido original hubiese sido totalmente diferente.

C'était un rendez-vous. Camara instalada en Mercedes 450 SEL 6.9

Es frecuente oir que se alcanzaron velocidades muy superiores a los 200 km/h. El recorrido se realizó a una velocidad media de 77 km/h y la velocidad máxima fue alcanzada en la Avenida Foch, la primera larga recta sin tráfico, y rondaría los 165 km/h. En la recta de los Campos Eliseos, con más coches, tráfico y cruces, la velocidad máxima alcanzada rondaría los 120 km/h. La cercanía de la cámara al suelo, las elevadas revoluciones del motor y el hecho de creer que se trata de un Ferrari invitan a pensar en velocidades mayores, aunque las velocidades reales alcanzadas en tráfico abierto ya sean de por sí bastante disparatadas.

Cartel de la película C'était un rendez-vous

Otro rumor muy extendido es que el coche fue conducido por un piloto de Formula 1 de la época, cuando fue el mismo Claude Lelouch el que se puso al volante. Contó con dos ayudantes, su novia que le esperaba en Sacré-Cœur y el director de cine Elie Chouraqui que le esperaba con una radio en un cruce sin visibilidad en las inmediaciones del Louvre.

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