Los días 7 y 8 de Mayo se celebró en el recinto ferial de FICOBA de Irun (Gipuzkoa) una nueva edición del Salón Internacional de Vehículos Clásicos (Salón Auto-Moto 2.011). Esta feria, posiblemente la más importante de la zona norte del país y una de las más veteranas del panorama nacional, volvió a contar con vehículos de gran calidad y valor histórico, abarcando todas las épocas desde el inicio de la automoción hasta los años ’70, pasando por el periodo de entre-guerras y sin olvidarse de los pequeños utilitarios europeos de los ’60 ni los grandes clásicos americanos de los ’70.
Una de las mayores joyas del Salón fue sin duda el Brush Roadster, conocido como Coche del Titanic fabricado en 1.909 para la presentación europea de la marca y que debía haber embarcado en dicho buque en su viaje de vuelta a Europa para ser exhibido en Londres y París. En palabras de Jesús Ferreiro, presidente de la Asociación Titanic, este coche es una pieza clave del patrimonio de la asociación que debería estar en Copenaghe en la actual exposición sobre el famoso transatlántico, pero han hecho un excepción para que sea expuesto por primera vez junto con coches de su época en Auto-Moto. Tras la feria será sometido a una profunda restauración para que esté perfecto para la exposición sobre el Centenario del Titanic que tendrá lugar en Barcelona el próximo año.
Otra de las de la estrellas que brilló con luz propia fue el Ford A de 1.928 que había sido preparado especialmente por la marca para el mismísimo Juan Manuel Fangio. Este coche estuvo bien arropado por otros vehículos de competición de esa misma época como un Bugatti Tipo 35A y un Darraq RXX. Todos ellos fueron arrancados ante el público, generando gran expectación. Entre los Expositores destacó el stand de Cars 1247, que con su camión de de bomberos Ford de 1.928 perfectamente restaurado acaparó la atención de todos los visitantes del pabellón Nº3, sobretodo de los más pequeños. En este mismo stand se pudieron contemplar grandes clásicos americanos como un Dodge Charger en proceso de restauración y un Ford Fairlane 500 en perfecto estado de revista.
La guinda la pusieron Los tres Renault de los inicios de la marca, con su radiador detrás del motor y su carácterístico capó con forma de nariz. Verdaderas piezas de colección procedentes de Francia entre las que se encontraba el Camión Biarritz, ejemplar único creado por Renault en 1.910 para el servicio de limpieza esta localidad y que se caracteriza por sus ruedas macizas y su gran escoba-rodillo trasera. El pabellón Nº3 confirmó lo que la organización prometió el día de la presentación a los médios; mucha calidad. Sin duda Auto-Moto se está consolidando como una de las grandes citas del calendario nacional, superándose a sí mismo año tras año gracias, en gran medida, al enorme esfuerzo realizado por la organización.
Además de los tres pabellones (Nº1 y Nº2 para motocicletas y el 3º para coches), el salón volvió a poner a disposición de los visitantes un recinto exterior donde exponer su clásico, siendo la entrada gratuita para quienes se decantasen por esta posibilidad. En este mismo lugar, Epic Racing montó un Box de competición donde mostró al público sus herramientas y monoplazas. Auto-Moto abrió sus puertas ambos días de forma ininterrumpida entre las 9:00 y las 20:00, lo que proporcionó tiempo suficiente para rastrear los más de 12.000 m² de exposición en busca del recambio, libro u objeto de colección deseado. El precio de la entrada fue de 8 €.
