Alfa-Romeo fue fundada en Milán en 1.910 y siempre se ha distinguido por el diseño y la deportividad de sus modelos. Originariamente la empresa se llamaba A.L.F.A. (Anónima Lombarda Fabbrica Automobili), pero cuando en el 1.915 se puso al frente el ingeniero napolitano Nicola Romeo, cambió los el acrónimo por el actual Alfa-Romeo. La marca vivió su mejor época durante la década de los ’30 cuando se convirtió en una gran empresa, sobre todo en el plano comercial, llegando a tener una impresionante red de venta y asistencia técnica en Francia, Inglaterra, España, Bélgica, Suiza, Austria, Hungría y Checoslovaquia. El plano deportivo, en el que Alfa se convirtió en una gran potencia, estaba en manos de Enzo Ferrari, quien más tarde se marcharía para formar su propia marca.
A pesar de sus diseños y éxitos deportivos, entre los que destacan varios campeonatos mundiales de Formula 1, la compañía no se ha visto libre de problemas financieros en diversas épocas, teniendo que incorporarse finalmente en el año 1.987 al todopoderoso grupo turinés FIAT, como ya lo hicieran otras marcas históricas italianas como Ferrari, Maserati o Lancia, desplazando a esta última como marca deportiva del grupo.
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