El Renault 5 Turbo, un icono de la automoción de los años ’80, está de vuelta y es noticia desde que su retorno fuese anunciado en la serie documental de Prime Vídeo «Anatomia de un regreso«. Recientemente, en el marco de su plan Renaulution, la marca del rombo ya había resucitado en modo eléctrico al Renault 5 y al Renault 4. Ambos lanzamientos nos causaron bastante indiferencia y nos parecieron una simple estrategia de retro-nostalgia para hacer más atractivo el difícil nicho de mercado del utilitario eléctrico a una generación que se crió viajando en los asientos traseros del errecinco y el cuatrolatas.
Con el Renault 5 Turbo 3E la sensación ha sido diferente. El modelo respeta muchísimo más las proporciones y formas del original y a nuestro juicio goza de una línea espectacular. No es amor a primera vista como nos sucedió con el nuevo Alpine A110 pero poco le falta. Además no tiene nada que ver con el nuevo Renault 5 eléctrico y cuenta con un chasis monocasco de carbono más propio de un hypercar que ha sido desarrollado desde 0 para este modelo. Dos motores se encargan de generar (la transmisión como tal no existe) 500 CV en las ruedas traseras que lo catapultan de 0 a 100km/h en 3,9s. Está previsto que se comercialice como una serie limitada, para la que intuimos un precio que no estará al alcance de cualquiera.
Llegados a este punto nos preguntamos, ¿por qué no una versión más accesible con motor de combustión? Renault podía haber previsto la posibilidad de instalar el bloque 1.8 Turbo de 300CV y el tren trasero del Alpine A110 en el chasis del R5 Turbo 3E. Una vez despojado de las baterías la ligereza del conjunto resultante compensaría la perdida de potencia. Quizá esta verdadera versión Turbo, aunque más auténtica, no resultaría tan radical y exclusiva. ¿Es posible que sólo sea la exclusividad lo que se busca?. A lo mejor lo que ocurre es que las marcas tradicionales están cambiando el modelo de negocio…
Fotografías; Renault.es