Las ventas de los coches eléctricos no terminan de despegar y la fuerte competencia procedente de China está obligando a los fabricantes europeos a implementar recortes. Hace un par de meses Volkswagen ya comunicó el cierre de fábricas y ahora le ha llegado el turno a Ford, que aunque mantendrá sus factorías, recortará 4000 empleos en Europa de aquí a finales de 2027. Este ajuste afectará a un 14% de sus 28000 empleados en el viejo continente, siendo otra vez Alemania la más afectada, con una previsión de 2900 ceses.
Los recortes afectarán también al desarrollo de productos en Europa y a áreas administrativas como finanzas y recursos humanos. Estos ajustes no solo se limitarán a los empleos, la producción de vehículos también se verá afectada sobre todo la de los nuevos Ford Capri y Ford Explorer (ambos 100% eléctricos) que verán reducido su ritmo de fabricación .
Ford ha invertido 2000 millones de dolares en adaptar sus factorías a la producción de vehículos eléctricos y según la marca los fabricantes europeos «se enfrentan a importantes dificultades competitivas y económicas, así como a un desajuste entre la normativa sobre emisiones de CO2 y la demanda de vehículos eléctricos por parte de los consumidores«.
Resumiendo, que la normativa les invita a desterrar los coches de combustión y electrificar sus gamas para que luego el público no demande vehículos eléctricos. A esto hay que sumar la incertidumbre sobre las futuras restricciones a los motores térmicos y que se están eliminando nichos de mercado en favor de los SUV (los monovolúmenes compactos ya sólo los ofrecen dos marcas y utilitarios como el Ford Fiesta han desaparecido de las cadenas de producción). Al final los consumidores ya no saben que comprar y se decantan por el mercado de segunda mano, en el que debido a la demanda los precios están disparados. Las alarmas ya están sonando. Volkswagen ya anunció que «el mercado ya no existe« y lo peor es que con él caerá la industria.