El pasado 2 de septiembre Volkswagen comunicó a su comité de empresa su intención de cerrar dos plantas en Alemania y hoy ha transmitido oficialmente a sus trabajadores la decisión en una reunión en su sede de Wolfsburg.
A pesar de que en 2023 Volkswagen fue la segunda marca que más coches vendió, sólo superada por Toyota, la caída de ventas de los automóviles en Europa (2 millones anuales menos que antes de la pandemia) unido a la irrupción en el mercado comunitario de vehículos chinos de precio más competitivo ha propiciado un descenso en el volumen de negocio de la marca alemana de 500.000 unidades al año. Ello justificaría para la directiva el cierre de dos plantas en el país germano por primera vez en la historia de la marca (una de vehículos y otra de componentes). De los 650.000 trabajadores del grupo repartidos por 22 países, 300.000 de ellos están en Alemania, unos de los estados con la mano de obra más cara del mundo.
En palabras de Arno Antlitz, director financiero del Grupo Volkswagen, la marca tiene «un año, tal vez dos años, para cambiar las cosas». También afirmó que «el mercado europeo se ha recuperado desde la pandemia, pero no volverá a su nivel anterior, esperamos que en el futuro se vendan unos 14 millones de vehículos al año, si es que se venden y eso no tiene nada que ver con nuestros productos ni con los malos resultados de ventas. Simplemente, el mercado ya no existe.»