A principios de los ’70 Citroën se encontraba estrechamente unida a Maserati. Citroën siempre se había caracterizado por tener en su gama un coche altamente representativo, como lo fue en su tiempo el Citroën DS, pero 15 años después de su lanzamiento el tiburón había pasado de ser el buque insignia de la marca a convertirse en un coche más. Citroën tomó la tecnología del DS y un motor Maserati de 170 CV, los vistió con una carrocería espectacular y en el salón de París de 1.970 presentó el Citroën SM.
El bloque Maserati de 6 cilindros en V cubicaba 2670 c.c. y montaba tres carburadores Weber de doble cuerpo de 42 mm de diámetro. Con todo ello obtenía 170 CV a 5.500 rpm, lo que equivalía a una potencia de 63,6 CV por litro, cifra un poco escasa para un motor Maserati. En cualquier caso las prestaciones eran más que aceptables, llegando a alcanzar los 220 Km/h en línea recta. El consumo también era paralelo a las prestaciones y en algunas pruebas realizadas por la prensa especializada de la época el Citroën SM llegó a tragarse más 20 l a los 100 km.
El nuevo vehículo tomaba la suspensión hidroneumática del Citroën DS, lo que le proporcionaba una gran estabilidad y adherencia en todo tipo de carreteras incluso con lluvia. El Citroën SM era un coche para disfrutar de la conducción y no para ganar competiciones, siendo mucho más agradecido ante las condiciones desfavorables y de fatiga del conductor que otros deportivos de la época más potentes.
Cabe mencionar que el Citroën SM había que aprender a conducirlo. La potente dirección asistida era terriblemente directa y el radio de giro desconcertantemente pequeño para un coche de su tamaño, lo que propiciaba que unas manos inexpertas pudieran provocar una catástrofe con este coche mientras circulaban a velocidades elevadas. Una vez habiendo aprendido a manejar la dirección se podían dar curvas cerradas a gran velocidad con un simple movimiento de los pulgares sobre su volante ovalado. Y es que en el Citroën SM Todo era diferente, además de el volante, los relojes también eran ovalados, el selector del cambio era lineal y de desplazamiento transversal (de derecha a izquierda) y sus baquets tenían una extraña forma curva. Puro diseño adelantado a su tiempo.
El Citroën SM era muy largo y plano con una excelente aerodinámica. El frontal estaba compuesto por tres pares de faros cuadrados y la matricula en medio, todo ello carenado por un cristal. En la versión americana el cristal no existía y los faros eran redondos y cuatro solamente. En ambas versiones los faros estaban conectados a la suspensión y a la dirección de forma que siempre alumbraban a la carretera. También heredaba el servofreno del tiburón y los cuatro discos cumplían perfectamente la función de detener sus 1.500 Kg, aunque los delanteros se calentaban un poco más de lo debido en frenadas muy prolongadas.
Fue un vehículo verdaderamente adelantado a su época, un auténtico concept-car llevado a la serie que se mantuvo en producción hasta 1.975. De los 12.920 ejemplares fabricados sólo unos 80 llegaron a España, debido principalmente al nivel económico inferior de este país (su precio era realmente elevado) y a los problemas y trabas para su importación.
FICHA TÉCNICA
Motor
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Tipo
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Delantero longitudinal de seis cilindros en V.
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Cilindrada
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2.670 c.c.
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Alimentación
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Tres carburadores Weber de doble cuerpo de 42mm.
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Potencia máxima
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170 CV a 5.500 rpm.
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Transmisión
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Tipo
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Tracción delantera.
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Cambio
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Manual de cinco relaciones.
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Suspensión
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Tipo
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Independiente en las cuatro ruedas. Hidroneumática regulable en altura, con cuatro esferas de aceite y gas.
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Frenos
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Delanteros
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Discos
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Traseros
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Discos
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Dimensiones
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Largo
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4.890 mm
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Ancho
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1.840 mm
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Alto
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1.320 mm
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Batalla
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2.950 mm
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Vía delantera
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1.330 mm
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Vía trasera
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1.300 mm
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Peso
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1.450 kg
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Prestaciones
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Velocidad máx.
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220 km/h
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